jueves, 27 de octubre de 2011

La otra cara de la moneda

Este post, está dedicado a Honoré Daumier (pronunciación aproximada del apellido: Domié),que además de caricaturista; fue pintor, dibujante y escultor.

¿QUIÉN ES DAUMIER?


Honoré Daumier nació el año 1808 en la ciudad de Marsella, pero siendo niño debió transladarse a París junto con su familia. En París, muy joven trabajo como ujier en un tribunal de justicia y cadete en una librería, luego se dedicó a estudiar pintura y dibujo. De este modo dio inicio a su carrera de artista realizando trabajos en xilografía e ilustración de anuncios publicitarios.

En 1828 comenzó sus primeras litografías para el diario La Silohuette (La Silueta). En 1830 inició su labor en la revista humorística La Caricature en donde adquirió merecido renombre por sus grabados y dibujos llenos de sátira y crítica social. En 1832 comenzó a trabajar en Le Charivari, periódico humorístico-político dirigido por Charles Philipon particularmente crítico al gobierno de Luis Felipe I de Orleans, allí tuvo como colegas a otros señalados caricaturistas: Raffet, Devéria y Grandville. 

Sus grabados se destacan por la mordacidad descarnada y sin embargo de matices exquisitos y líneas nada excentas de sutileza, al trabajar sarcásticamente los rostros, las expresiones, los gestos, con precisas exageraciones logra dar noción de la personalidad de los sujetos representados

Algo Curioso:

Daumier precisamente por haber realizado una caricatura del monarca Luis Felipe I de Orleans, en la cual aparecía retratado como Gargantúa (el glotón personaje de Rabelais), sufrió una prisión de seis meses. 





ALGUNAS DE SUS CARICATURAS SOBRE EL LITIGIO

"La defensa felicita el talento del fiscal, mientras que el fiscal general admira la elocuencia de la defensa. El juez aplaude a ambos y todos satisfechos, excepto el acusado." 


"Aquí está el fiscal que le dirá algunas cosas muy desagradables .... así que intente llorar un poco, de un ojo por lo menos .... que generalmente ayuda" 



"Ha Perdido otra vez en la corte superma de justicia... y él se queja como si no pudiera todavía apelar en la Corte Superior de Apelaciones...." 



"Bien, ahora queridos colegas ... ustedes no deben pelear mientras no sea en la sala de audiencias ... no debemos desperdiciar una sola palabra aquí ...." 


"Un litigante que desafortunadamente no tiene los detalles más importante para ganar su caso .... pesos y centavos." 




"¡Muy bien! ¡Sí, caballeros, es algo desafortunado en la corte de Assize... pero la desgracia es siempre respetable!... Por otra parte, es verdad lo que se ha dicho, yo tengo el hábito de sustraer dinero... ¿... es fácil excusarme como cualquier otro porque me es muy dificil resistir mis debilidades... en cuanto al resto, se me acusa de vender plomo por oro? Veinte testigos lo juran. ¡Muy bien! Lo niego cuarenta veces y puesto que dos negaciones valen una confesión está claro que no pueden encontrarme culpable.(Luego de esta brillante improvisación Robert Macaire fué condenado a la máxima pena.)" 




"Es cierto, usted ha perdido su caso ... pero seguro ha disfrutado la elocuencia de mi alegato!" 

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